Copio y pego, escribe Juan Gómez-Jurado en La voz de Galicia:
«Hace dos años fui a una cena en casa de un conocido constructor (...) Me llevó de paseo por los 6.500 metros cuadrados de su chalé, que incluye tres piscinas, veintitrés cuartos de baño y un garaje con varios Ferrari. No llegaba al nivel de Juan Antonio Roca, aunque el tipo llegó a confesarme que se sentaba en palés de dinero negro. Cuando le recriminé que era un exagerado, me enseñó una foto en la que comprobé que era cierto: estaba sentado sobre un palé de billetes de cincuenta euros.
«Hace dos años fui a una cena en casa de un conocido constructor (...) Me llevó de paseo por los 6.500 metros cuadrados de su chalé, que incluye tres piscinas, veintitrés cuartos de baño y un garaje con varios Ferrari. No llegaba al nivel de Juan Antonio Roca, aunque el tipo llegó a confesarme que se sentaba en palés de dinero negro. Cuando le recriminé que era un exagerado, me enseñó una foto en la que comprobé que era cierto: estaba sentado sobre un palé de billetes de cincuenta euros.
«El otro día pude constatar --sigue Gómez-Jurado-- que el nombre de este constructor está también detrás de esa afirmación de que o el Gobierno ayuda, o irán al paro medio millón de personas».
Sí, son abundantes esos caraduras. Lo que más jode es ver que los que disfrutan de cochazos y lujos van por ahí pidiendo y obteniendo toda clase de ayudas, desde el derecho a justicia gratuita, becas para sus hijos y cualquier cosa que se les ocurra...porque parece que cuanto más tienen más lloriquean. Pero como el chalet, el yate, los coches y etc no están a su nombre.... y en Justicia y Hacienda no ponen medios para investigarles, seguiremos pringando los mismos.
ResponderEliminarPor donde anda fiscalía, todos tenemos claro y hemos sufrido las graves irregularidades --por decir algo suave-- llevadas a cabo por los ladrilleros, de todos modos debemos ser conscientes que todos, todos han vivido y viven a lo grande del ladrillo, comisiones, y demás, el resto lo sabemos todos.
ResponderEliminarNo, si al final va a ser cierto lo de que "El que no llora no mama". En este país de empresaruchos que lo único que saben es esquilmar a la mano que le da de comer (la mano de obra barata) no hay moral empresarial ni decencia ni nada que se le parezca. No me extraña que haya una especie de odio visceral hacia el ladrillo y todo lo que se le parezca.
ResponderEliminarMe marea leer esto, y me asquea.
ResponderEliminar¿Cómo pueden dormir por la noche?
Lo dejo aquí.
Gentuza que sólo sabe mirarse el ombligo y que, encima, cuenta con el beneplácito de la sociedad, la cual calla y otorga hipotecándose de por vida.
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