Hace ya once años, exactamente en 2001, el autor de este libro, el economista británico Jim O’Neill, elaboró una proyección económica convenientemente razonada y documentada; es decir, no se trataba de otro augurio lanzado al tuntún, según la cual los países más industrializados, los del entonces G7 (más elitista y también más pragmático que el geopolítico G7+1 y que el descafeinado G20), estaban condenados a perder su condición de economías todopoderosas e ir cediendo con mayor o menor intensidad y rapidez su preponderancia.
Pero, ¿quién o quiénes restaban o restan poder al G7?
Pero, ¿quién o quiénes restaban o restan poder al G7?
Según O’Neill ese atrevimiento o amenaza la capitaneaba un grupo de países a los que bautizó BRIC, palabro formado por las siglas de Brasil, Rusia, India y China.
[Llegados a este punto es obligado reseñar que O’Neill preside Goldman Sachs Asset Mangement, con sede en Londres, y también conviene dejar constancia de que desde un punto de vista menos ortodoxo o sistémico otros economistas han relativizado la amenaza de los BRIC precisando que lo que más y mejor mina el poder de las grandes economías del siglo XX y de los propios Estados, a la vez que genera desestabilización económica, son las perversiones financieras que los propios miembros del G7 patrocinaron, empezando por la desregulación, y lo hacen incluso en detrimento de las instituciones de los países a los que representan]
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Texto publicado en Mercados, suplemento de economía de La voz de Galicia |
La tesis que O’Neill hilvanó en 2001 no era original, ya hacía años que economistas de todo el mundo auguraban que el crecimiento de China o de Brasil obligaría a rediseñar todos los esquemas; pero O’Neill fue el primer teórico de relevancia, o afamado, que exponía el asunto de forma ordenada, con sobresaliente didáctica y con difusión planetaria.
Al poco de propagarse las hoy ya famosas cuatro letras, BRIC, numerosos economistas --primero unos pocos y luego la mayoría-- incorporaron la S, por Sudáfrica; adición que además pluralizó el vocablo inventado por O’Neil, lo que a la postre lo perfecciona, pues la tesis que el británico lanzó en 2001 iba más allá de Brasil, Rusia, India y China.
No en vano, entre las economías emergentes con posibilidades de convertirse en potencias de rango mundial ya entonces figuraban otros países, en especial los que poseen demografías relevantes, como son los casos de Indonesia, México o Nigeria; si bien sus sociedades y estructuras, máxime las políticas e institucionales, adolecen de graves inconvenientes y deficiencias que lastran su futuro.
Y ahora, precisamente en esta línea, El mapa del crecimiento [editado por Deusto] viene a completar el cuadro que empezó a pintar O ‘Neill hace once años y redondea su visión sobre cómo evolucionará la economía en las próximas décadas del siglo XXI.
Enlazando con la pluralización del palabro BRIC, en este libro O’Neill no solo aporta aspectos más concretos a esa categoría de economías, sino que además inventa otra a la que bautiza Next (palabra inglesa que en castellano significa próximo, o próximos), a cuyos integrantes coloca un peldaño más abajo, en un estadio que cabría describir como el de los preBRICS.
Los países Next, según la geografía del crecimiento que ha dibujado el ocurrente O’Neill, son once, por orden alfabético: Bangladés, Corea del Norte, Egipto, Filipinas, Indonesia, Irán, México, Nigeria, Paquistán, Turquía y Vietnam; todos ellos englobados habitualmente en el colectivo de las llamadas economías emergentes y cuyas tasas medias de crecimiento del PIB durante el último decenio superan en todos los casos el 5 % anual.
Por último, antes de abrir el libro el lector debería tener muy en cuenta el subtítulo: Oportunidades de negocio en los países emergentes y más allá, pues refleja con fidelidad el punto de vista de O’Neill y el punto de vista con el que proyecta futuros.
Muy interesante.
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