12 junio 2007

La crisis de la Iglesia es visible en Entrevías

El arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha precisado que las discrepancias fundamentales con los sacerdotes que regían la Parroquia de San Carlos Borromeo (Entrevías, Madrid) son de orden litúrgico.
En la Iglesia Católica, como en toda organización religiosa, las formas tienen su importancia porque el rito en sí mismo tiene significados sustantivos, al ser reflejo y representación de principios y dogmas de fe. Desde un punto de vista estrictamente litúrgico, los curas de Entrevías «profanan la Eucaristía», tal como ha subrayado Rouco Varela, que a la postre es la autoridad católica madrileña.
Imagen de una misa oficiada por el padre Enrique
Castro, en el exterior del templo. Foto capturada en

EL CONFIDENCIAL, que ofrece una crónica sobre la
asistencia del ex ministro José Bono a una eucaristía
celebrada por los sacerdotes castigados por el arzobispado
El arzobispo, fiel a la liturgia --no puede ser de otra manera--, ha recordado que alterar la composición del pan utilizado para la consagración, por ejemplo, o modificar en grado sustancial el ritual de la eucaristía deja sin valor el sacramento.
Y es que al margen de ideologías y de convicciones personales, la Iglesia Católica está en su derecho a establecer sus propias normas.
Si los sacerdotes discrepantes realmente rechazan las normas de la Iglesia Católica --incluidos los ritos sacramentales--, que la abandonen.
Cabe admirar y aplaudir la generosidad cristiana que guían al párroco, José Díaz, y a sus compañeros; pero es difícil entender la posición que mantienen como ministros de la Iglesia Católica y resulta difícilmente comprensible que no rompan con ella.
La crisis de la Santa Madre Iglesia Católica como institución es visible en Entrevías, donde al mismo tiempo se ha comprobado que los principios fundamentales del cristianismo siguen gozando de amplio respaldo social, aunque la propia Iglesia los orille. Como muy acertadamente ha comentado un buen amigo católico: ¡Lástima que la Iglesia sea cada vez menos cristiana!
ENTREVISTA a José Díaz, titular de la Parroquia de San Carlos Borromeo, en 20Minutos.

3 comentarios:

  1. Está clarisimo. Cuando se hicieron curas ya les dijeron que el código era cerrado. Si quieren abrirlo que se pasen a otro software ;)
    Yo opino también que hay que ser consecuente y si eres católico o protestante o musulmán deberías ser consecuente con ello o no profesar dicha religión.

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  2. Te preguntas que por qué hay sectores católicos que no rompen con la Iglesia de Roma.

    Bueno, yo ni soy católico ni pertenezco a ninguno de esos movimientos, pero intentaré contestar según entiendo su postura.

    Para ellos una cosa es la estructura jerárquica de la Iglesia, con la cual han roto doctrinalmente hace mucho tiempo. Y otra, la Iglesia como comunidad de fieles, a la que quieren pertenecer.

    Entiendo que no quieran ser desalojados o expulsados de una casa que ellos también consideran como suya. Quizá lo más fácil sería marcharse, pero creen que es su obligación resistir y plantar batalla, en vez de abandonar lo que debiera ser el hogar común de todos los cristianos, a una minoría ultraconservadora.

    La Iglesia de Occidente ha aplicado desde siempre el principio de las lentejas. "si quieres las tomas...", desgajándose en sucesivas sectas de la cual la católica es la rama más frondosa.

    Ahora, ante los retos de la modernidad, están en pleno proceso de involución, de encastillamiento en posturas ultramontanas (como parte del islam). Así, están dejando fuera a multitud de fieles que aún conservando la fe, no pueden comulgar con la doctrina oficial. Eso sí, los que se quedan son mucho más activos y fanatizados.

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  3. A El Mendigo: Lo que planteas equivale a decir que a los curas católicos --y a los creyentes más "firmes"-- no se les pueden aplicar los conocimientos de que disponemos para estudiar fenómenos como la militancia, el dogmatismo, la fe, el gregarismo, otros muchos fenómenos y, entre estos, ese sentido del sacrificio que tanto y tan bien es explotado por la Iglesia-institución.
    Discrepo. Los curas, pese al proceso de "convencimiento" que viven en el seminario y demás ámbitos y actividades eclesiales, son personas tan normales como cualquiera y no sería útil aplicarles capacidades o cualidades extraordinarias. Hay un cierto grado de masoquismo personal en la negativa a ser uno mismo y ser fiel a lo que uno siente-piensa.
    Considerar que los curas son personas sustancialmente "diferentes" a las demás y que, por tanto, no pueden ser tratadas o juzgadas con raseros generales es, en cierto modo, darle la razón a la Iglesia-institución.
    Por cierto, la iglesia --con minúscula-- como colectivo o comunidad de fieles dejó de existir hace siglos.

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