23 diciembre 2011

¿Nos hemos vuelto locos?, el fiscal pide 7 años de prisión para una pianista por exceso de ruido...

Hay pruebas incontrovertibles de que la Justicia española acumula despropósitos. Ni siquiera hace falta rebuscar en casos políticos, delitos de cuello blanco o corrupción, que son las "especialidades" donde se registran los mayores absurdos.
Veamos el caso de la pianista de Puigcerdà, pues enriquece la lista y constituye un ejemplo perfecto del fenómeno.
Una joven residente en Puigcerdà (Catalunya) que estudiaba música, concretamente piano, y que ya compagina el perfeccionamiento de la técnica con actuaciones y giras, ha sido imputada penalmente a instancias de una vecina y en aplicación del código con la rigorista aplicación del mismo que hace la fiscalía, la pianista ha sido oficialmente acusada de dos delitos penales: uno de orden medioambiental (contaminación acústica) y el segundo por daños, pues ha vuelto loca a la vecina, por lo que el fiscal pide en total siete años y medio de prisión.
El acusador público expone que entre octubre de 2003 y septiembre de 2007, «alentada y ayudada activamente por sus padres [¿cómplices?...], se dedicó a tocar el piano en el domicilio durante un mínimo de cinco días a la semana, desarrollando dicha actividad desde las 9 a las 13 horas y desde las 14 a las 18 horas»
Aunque el horario era claramente cívico, tan salvajes eran los ensayos que una vecina se incomodó hasta el punto de que denunció, motivando sendas inspecciones del ayuntamiento y de la Direcció General de Qualitat Ambiental que certificaron decibelios excesivos.
El abogado de la joven ha advertido de que se está produciendo un exceso porque la jurisdicción penal en este tipo de conflictos está reservada para conductas inequívocamente graves que conculquen derechos o principios básicos de convivencia; en resumen, que el ruido del piano debería ser tratado por la vía civil o administrativa.
Sea como fuere, lo chocante de este episodio no es la actitud de la vecina denunciante [pues hay aspectos desconocidos, desde posibles inquinas personales hasta trastornos psicológicos], lo realmente inquietante es que se ha equiparado el ruido del piano con el de una industria ensordecedoramente molesta, con una discoteca mal insonorizada o con el ir y venir de aviones en un aeropuerto.
¿Ha intervenido el Consejo General del Poder Judicial?
¿Moverán pieza los legisladores para revisar los textos legales y evitar despropósitos como el de Puigcerdà?, pues si el fiscal ha podido imputar a la pianista dos delitos penales, es evidente que conviene modificar el/los articulo/s del código que dejan la puerta abierta a esa posibilidad.
Lo dicho, hay pruebas incontrovertibles de que la Justicia española acumula despropósitos.

[Finalmente, en la primavera de 2014, se abrió el juicio, los cargos fueron desestimados y el asunto fue reconducido adonde correspondía, la vía civil] 

INFORMACIÓN puntual, en La vanguardia.

6 comentarios:

  1. Este es el resultado de la Transición: una administración de Justicia ultraderechista y aislada de la realidad, dado que se accede a ella después de varios años encerrado/a estudiando entre ocho y diez horas diarias; que no ha visto reformado su sistema de acceso, que sigue nutriéndose de manera muy mayoritaria por vía endogámica, etc. Y lo siento mucho por la pianista, a la que de poco consuelo servirán las causas señaladas.

    Te deseo un próspero o,al menos, mucho mejor Año Nuevo.

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  2. A J. ARBENZ,
    Hace unos días fue noticia el éxito de un opositor que a los 24 o 25 años, no recuerdo la edad exacta, había aprobado las pruebas para ejercer de juez tras una brillante carrera y una corta vida en la que lo único que había hecho era estudiar --es decir, probablemente, chapar y nada más que chapar.
    ¿Qué percepción de la vida puede tener ese joven para juzgar comportamientos humanos y, por ende, qué "equilibrio" para aplicar textos legales que en el caso del Estado español dejan abierta demasiadas puertas abiertas al parecer del juzgador?

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  3. Así es, esa es la causa inicial del desastre.
    Saludos muy cordiales.

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  4. Esto es de Kafka. Cambiemos el protagonista por el señor K. y a lo largo del tiempo sigamos el juicio, tendremos la introducción, el nudo y el desenlace pero mejor lo dejamos con final abierto.

    Un abrazo.

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  5. A SERGIO,
    Tienes razón, Kafka no sabría por donde empezar...

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  6. Francisco P.M.16/11/13, 1:22

    En este país, recurrir a la Justicia es una de las ocupaciones preferidas por los sociópatas. Saben que la Justicia se ocupará de hacer la puñeta a quien ellos hayan elegido como blanco. Precisamente por esta desconexión de la Justicia con la realidad, que conduce tantas veces a resultados totalmente extravagantes.

    En este caso, espero que el resultado, la sentencia, revele algo de sentido común. Y espero también que alguien se ocupe de lo que muy probablemente son trastornos psicosociales de la vecina denunciante.

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