15 junio 2007

Gaza, el suicidio de los "hijos" de los filisteos

Todas las instalaciones de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) de Gaza ya están en poder de Hamás, movimiento político-religioso chiíta cuyos criterios de gobierno son perfectamente comparables a los del catolicismo medieval o a la teocrática Arabia suní, a la que paradójicamente tanto odian los chiíes... Mientras que Fatah (nacionalista) controla Cisjordania.
En respuesta a la ofensiva de Hamás, el presidente de la ANP, Mahmud Abás (Fatah), ha disuelto el gobierno de concentración y destituido a Ismaíl Haniya (Hamás). Tal es el retrato urgente y coyuntural de la autodestrucción del proyecto de nación-Estado llamado Palestina.

Así ha quedado la vivienda de Jamal 
al-Jedian, dirigente de Fatah en Gaza,
tras el asalto de los milicianos de Hamás 
(foto AP, capturada en 20minutos)

El odio entre palestinos no solo es fruto 
de la lid suníes-chiíes; hay varios motivos
y casi todos silenciados

El desastre, en todo caso, era previsible y en origen la mayoría de los problemas son hijos de la inviabilidad económica del país, debida en parte, sólo en parte, a la actitud de Israel; pero también pesa --¡y mucho!-- la ya tradicional corrupción que sangra las arcas de la ANP de Gaza, lo que resta eficacia a la ayuda de la Unión Europea --hay apropiaciones y robos a manos llenas.
También influyen el atroz individualismo y el indiscutible poder de los clanes de la élite palestina, que emponzoñan la vida social y política; más el fanatismo religioso, que es adecuada y oportunamente alimentado desde Teherán.
También pesan el autoritarismo mesiánico de los herederos de Yaser Arafat, la represión indiscriminada a la que recurre cíclicamente Israel, la ausencia de autoridades administrativas respetadas, sobre todo en Gaza, que regulen la convivencia; la carencia de objetivos vitales de orden personal que acusa la mayoría de la población y, para colmo, el generalizado culto a la violencia.
Los árabe-palestinos no son de natural autodestructivos, nihilistas o irracionales; sino que han sido maleados durante decenios, tanto desde dentro como desde fuera.
Las responsabilidades del desastre están muy repartidas. Por este orden u otro parecido, tienen su cuota de responsabilidad, en primer lugar, los propios dirigentes palestinos, los gobiernos de  la derecha israelí, la Liga Arabe, Gran Bretaña, Jordania, Estados Unidos, Irán, Egipto, Libia, los reinos y sultanatos del Golfo Pérsico, etcétera…
Y para redondear, en 1987 el siniestro jeque chií Ahmed Yasín lideró la creación de Harakat al-Muqávana al-Islamiya [Movimiento de Resistencia Islámica, más conocido por el ac rónimo Hamás], que recurre a acciones terroristas.
¿Por cuánto tiempo se prolongará la agonía de los descendientes de los pilistinos o filisteos?

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