Los criterios y decisiones de la delegada del Gobierno en València, Paula Sánchez de León, se han convertido en el espejo en el que se mira la extrema derecha. Profesores del Instituto de Enseñanza Media Lluís Vives han testimoniado que personas autoidentificadas como portavoces de España 2000 han telefoneado al centro para amenazar a docentes, padres y alumnos con ir a visitarles para "terminar el trabajo que no ha acabado la Policía".
La chulería autoritaria de quienes aplican el orden por el orden acostumbra a despertar pasiones.
¡Enhorabuena señora delegada!, usted, su insensatez política y su absurdo sentido del orden han logrado lo que un partido de gobierno responsable debe evitar.
qué tristeza. Ayer en la concentración en apoyo a los chavales que se realizó en Zaragoza, unos tipos sacaron por la ventana una gran bandera española y comenzaron a insultarnos. A mí me soltaron de todo. Tremendo, habrá que aguantar y aguantar y resistir.
ResponderEliminarUn abrazo,
Marta
La bandera sirve para muchas cosas, también para abrigarse y paliar el frío de la ignorancia.
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